EL PLANAZO SEGÚN TRUFFAUT | Carne Cruda
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EL PLANAZO SEGÚN TRUFFAUT


En el Planazo de hoy aprovechamos la presencia del espíritu de Truffaut y recomendamos tres obras en las que el director francés actúa como nexo.
Comenzamos, como no puede ser de otra manera, con una de las películas de Truffaut pero no una de las favoritas, ni siquiera una de las mejores, demonios, ni siquiera una que le gustase al propio director. En el Planazo nos decantamos por los malditismos y hoy recomendamos La Novia Vestía de Negro (La Mariée était en noir), una película de la que el propio Truffaut renegó en su día y que levantó una ola de feroces críticas a las que no estaba acostumbrado, pero que con el tiempo se ha convertido en un clásico de culto y es muy disfrutable. Si por disfrutable entiendes las historias retorcidas, con humor cruel y chungo. Rodada en 1968 y protagonizada por Jean Moreau narra la historia de una mujer (llamada Julie Kornel) que va dando caza y ejecutando metódicamente a los asesinos de su marido, asesinado el día de su boda. “Un momento”, pensarás, “¿eso no es Kill Bill?” Pues Quentin jura y perjura que nunca había visto la película de Truffaut antes de escribir el guión. Tarantino, que ha visto hasta el último subproducto de cine de espadachines ninjas mutantes de Uzbekistán, nunca ha visto la peli de Truffaut. Tralarí. La Novia Vestía de Negro está basada a su vez en la novela de Cornell Woolrich (bajo el seudónimo de William Irish) uno de los pioneros de la novela negra americana, (al que ya mentaremos en otro planazo) autor también de La Ventana Indiscreta. Y no es la única relación con Hitchcock, puesto que la banda sonora es de Bernard Hermann, lo que le da a la película ese toque tan inquietantemente característico.
Estimado lector, permíteme una confesión. Me gusta mucho leer sobre cine, combina dos de mis pasiones. Y recuerdo prístinamente el primer libro sobre cine que leí; fue ese libro el que me convirtió en cinéfilo (más bien cinéfago), me descubrió un mundo hasta entonces desconocido y desde entonces empecé a ver las películas como algo más que una historia de hora y pico. El libro es El Cine Según Hitchcock, y es una entrevista entre Truffaut y el maestro del suspense. La edición en castellano está editada por Alianza (hay setecientas ediciones) y es imprescindible para cualquiera que le guste el cine. No ya el cine de Hitchcock, sino el cine en conjunto. La premisa es muy simple; a través una larga entrevista Truffaut repasa la obra de Hitchcock, de una manera apasionada,nada pedante y muy accesible. Hay que tener en cuenta que en la década de los cincuenta y los sesenta a Hitchcock se le consideraba un director de éxito, pero se le trataba con condescendencia y no era críticamente reconocido como lo es ahora. Esto cambió gracias al empuje y admiración de los cineastas franceses liderados por Truffaut, que actúa como discípulo y admirador en el libro, pero a la vez reta a Hitchcock con su conocimiento sobre el séptimo arte. Uno de esos libros que hay que tener siempre a mano, con momentos estelares como este:

Nosotros estamos hablando, acaso hay una bomba debajo de la mesa y nuestra conversación es muy anodina, no sucede nada especial y de repente: bum, explosión. El público queda sorprendido, pero antes de estarlo se le ha mostrado una escena anodina, desprovista de interés. Examinemos ahora el suspense. La bomba está debajo de la mesa y el público lo sabe, probablemente porque ha visto que un anarquista la ponía. El público sabe que la bomba estallará a la una y es la una menos cuarto (hay un reloj en el decorado); la misma conversación anodina se vuelve de repente muy interesante porque el público participa de la escena. Tiene ganas de decir a los personajes que están en la pantalla: “¡No deberías contar cosas tan banales, hay una bomba debajo de la mesa y pronto va a estallar!”
Hemos hablado de Truffaut y de Hitchcock, y también de Bernard Herrmann uno de los más célebres compositores del cine. Famoso sobre todo por su trabajo con sir Alfred y también por el que realizó junto a Orson Wells (debutó en cine en Ciudadano Kane, casi nada). Famoso también por su carácter antisocial y huraño y su mala baba; su carrera evolucionó del clasicismo a la vanguardia de mediados de siglo y acabó usando sintetizadores y theremines en sus partituras en obras tan imprescindibles como Ultimátum a la Tierra o en capítulos de The Twilight Zone. Como en el planazo tenemos que elegir un disco y es imposible elegir una banda sonora de Herrmann vamos con una versión de Fantomas, el super grupo formado por Mike Patton, Buzz Osborne de los Melvins, Dave Lombardo de Slayer y Trevor Gunn, que entre las marcianadas que sacaron hicieron este disco de frenéticas versiones de bandas sonoras de clásicos del thriller y el suspense de autores como Hermann, Henry Mancici, Angelo Badalamenti o Morricone. The Directors Cut, publicado por Impecac Recordings en 2001 incluye este Cape Fear (El Cabo del Miedo) compuesto por el ínclito Bernard Herrmann.

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